18 noviembre 2006

R.I.P.

Aguachimini está muerto.
Al menos esto parece últimamente.
Mis 24 horas diarias se reparten entre la facultad y la cama. Hay días en los que ya no tengo tiempo para vivir, menos para pasarme por aquí.
A veces le robo una noche a mi vida y doy rienda suelta a mis instintos “embrutecido por el alcohol”. Al día siguiente a mi vida no se le olvida pasarme factura.
Que puta es la vida del juerguista.
Algún día retomaré esto. Pronto, pero no se cuando.
Besos desde la (en ocasiones) áspera y gris vida universitaria.

(hay alguien ahí?)


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